Historia de Marbella

Historia de Marbella

Los primeros asentamientos humanos en la zona datan del Paleolítico y Neolítico, tal y como lo demuestran los restos de objetos hallados en las laderas de la Sierra Blanca de Marbella.

Los pueblos orientales, fenicios y púnicos, habitaron la zona en el siglo VII a.C., estableciéndose concretamente en la zona del Río Real, como nos atestiguan los recientes descubrimientos.

Por su parte, los romanos se establecieron en el casco antiguo de la ciudad, la que fue conocida con el nombre de “Saldaba”.  De ahí que en la actualidad en el término municipal encontremos numerosos restos: la Villa Romana de Río Verde, las Termas romanas en Guadalmina, …

Las primeras referencias a Marbella las encontramos en la Edad Media, en los textos de geógrafos y viajeros musulmanes.

En la época islámica, Marbella fue una ciudad amurallada. Se construyó (hacia el siglo X) en su interior un poderoso castillo y se daba acceso al interior por tres puertas: del Mar, de Ronda y de Málaga.

La conquista cristiana de la ciudad se produjo el 11 de Junio de 1485. A partir de este momento histórico y a lo largo del siglo XVI, la estructura urbana de la ciudad emprende importantes cambios: la Medina musulmana que se enclavaba en el centro histórico, fue derruida y en su lugar se creó una plaza (Plaza Mayor o Real), que hoy es la Plaza de los Naranjos. Desde ella, y para enlazar con la Puerta del Mar, se creó la llamada Calle Nueva.

Ya en el siglo XIX, se instalaron los primeros altos hornos del país, El Ángel y La Concepción, destinados a explotar el hierro y las minas de Sierra Blanca. Con la industrialización de esta zona, Málaga se convirtió en la segunda provincia a nivel industrial de España.

Pero las transformaciones sociales más importantes de Marbella surgen a partir de la II República. Estas movilizaciones sociales y políticas se ven truncadas por la Guerra Civil y la posterior represión del régimen dictatorial. La intervención de los fascistas italianos hace que Marbella se convierta con el avanzar del siglo, en un refugio para importantes dirigentes nazis y lugar predilecto para el ocio y negocio de personalidades falangistas, grandes especuladores inmobiliarios y, en definitiva, responsables de la expansión urbanística de Marbella.